26/8/2009 LA PROPUESTA
El paraíso de las aves
• El delta del Ebro ofrece la oportunidad de observar especies como el flamenco y el ibis
El paraíso de las aves
• El delta del Ebro ofrece la oportunidad de observar especies como el flamenco y el ibis
El vuelo de los patos del parque natural del delta del Ebro, que actualmente cuenta con casi 8.000 hectáreas protegidas. Foto: xavier jubierre
ANNA LLUÍSSANT CARLES DE LA RÀPITA
ANNA LLUÍSSANT CARLES DE LA RÀPITA
El guía cuestiona: «¿Habéis visto alguna vez los colores de la pupila de un flamenco?» Con esta pregunta, Cristian Jensen, ornitólogo de la empresa Audouin Birding Tours, despierta la imaginación de los turistas que empiezan el día dispuestos a conocer el delta del Ebro. Las aves son uno de los sostenes medioambientales de este parque natural; visitarlo sin observarlas es perderse gran parte de su esencia. La observación de aves permite no solo aproximar la mirada a alguna de las más de 320 especies que pasan o viven cada año en el delta; es también penetrar en su mundo con curiosidad y respeto. Entrar a través del ojo imponente de un telescopio, por ejemplo, en las tierras salinas donde crían los flamencos, un reducto de naturaleza protegido en la Punta de la Banya, en cuyas playas el delta se funde con el Mediterráneo. «El flamenco es una de las estrellas», explica Cristian. EL MITO DEL AVE FÉNIX / Su nombre científico es Phoenicopterus ruber roseus. El mito del fénix, que envuelve a estos zancudos, se remonta al antiguo Egipto, donde lo consideraban un animal fabuloso capaz de arder cada día y resurgir de sus propias cenizas. Curiosamente, los telescopios introducen sus alcances en las zonas de nidificación para reflejar una imagen fabulosa. El flamenco construye un pequeño montículo de tierra en cuya cima coloca su preciado huevo. Con la reverberación de un caluroso día de agosto y el tenue vapor que invade la lejanía, los observadores captan un monte de cenizas coronado por un huevo, y no cuesta soñar con el fénix saliendo del huevo y extendiendo sus imponentes alas rosadas para elevar su vuelo. El mito se vuelve realidad. Aunque por su tamaño y espectacularidad ésta es una de las aves más aplaudidas, el delta tiene otros animales emblemáticos, como la gaviota de Audouin. Un 70% de la población mundial de esta especie vive en la Punta de la Banya. Y también esta es la única zona de Europa donde cría un ibis, el Capón Real. Son solo ejemplos, porque en el delta puede haber en estos momentos 50.000 parejas de aves acuáticas con sus crías y en invierno, cuando el frío llega intenso al norte de Europa, el delta hierve con más de 330.000 aves de distintas especies. «Cada época del año es única, casi existen cuatro deltas diferentes», señala Cristian. Y a cada uno, sus aves.
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